domingo, 21 de diciembre de 2008

Derian II

“... y tras ser encerrado por los demás dioses para proteger de él a los humanos, Áridan juró vengarse. Maldijo a todos los que le traicionaron y prometió que, a nivel mortal, un hombre con el poder natural del lobo salvaje nacería y llevaría a cabo su venganza habiéndose llevado antes numerosas vidas. Él moriría para liberarse de su cuerpo, su carga, y se fusionaría con Áridan, dios del caos, para traer el mal a sus enemigos.”

Idánidas, profeta de los tiempos.

- Habla –dijo Derian-.

- Nosss ha llegado un pedido importante –dijo el draconiano un poco amedrentado por la mirada de su superior-. Matar al embajador que llegará dentro de tres días desde la ciudad de Askfirth. Razones políticas.

- Lo que no veo es la urgencia –dijo Derian un poco molesto-. ¡Dentro de tres días! Ya me estaba emocionando pensando que ahora mismo tendría que ir hasta los aposentos del rey y hacer un dibujo con las tripas de su mujer.

- Lo… lo sssiento… -dijo con miedo el draconiano- Yo no…

- No importa. Puedes retirarte.

Mientras el draconiano marchaba, Derian volvió a tumbarse. Debía de ser aún por la mañana pero él siempre dormía de día y acechaba a las noches. La próxima le tocaba una noche de iniciación. Se hablaba de una joven que había matado a alguien y Derian tenía que hablar con ella para ver si quería unirse a su peculiar asociación…

Anocheció y Derian se levantó. Se puso sus ropas y ocultó en ellas algunos cuchillos. Pasó por el dormitorio donde dormían el resto de los asesinos de rango inferior de esa guarida simplemente por la rutina de ver que todo iba bien. Luego comió algo del almacén pero no mucha cosa, apenas una manzana y algo de pan. Siempre dejaba sitio en el estómago por si caía algo de carne y, por supuesto, solía caer. Finalmente pasó por la sala común y aclaró las circunstancias de una misión a un par de soldados para luego dejarla en manos de Ífenid, el segundo asesino de mayor rango de allí. Era un hombre con experiencia y muy bueno en su trabajo. Un claro candidato a ser uno de los grandes líderes de la Hermandad Oscura.

Entre las sombras de la noche, Derian caminó por los barrios bajos. Llegada a una zona concreta, entró por un callejón que daba a un pequeño patio donde había una entrada a las alcantarillas, allí dentro se metían algunos mendigos a dormir. A su vez, en una esquina había una manta cubriendo a una persona. Él se acercó suponiendo que era la persona que buscaba. Justo antes de tocarle, la persona hizo un rápido movimiento que pilló a Derian desprevenido y en un momento se encontró con alguien a su espalda y un cuchillo acariciando su nuez.

- Buenas noches, pequeño caza-recompensas –dijo una voz femenina en tono dulce en su oído-. Parece que te has metido en la boca del lobo…

Esta comparación hizo gracia a Derian, quien, a pesar de su situación, se rió a carcajada limpia y le dijo:

- No tienes ni idea de lo que estás haciendo.

- Vaya, no me digas… ¿Acaso te encuentras en una posición de ventaja?

Derian logró apartar el cuchillo de su cuello, arrebatárselo, inmovilizarla boca abajo y hacer que el cuello que acariciase el metal, fuese de la mujer. Ella intentó revolverse sin lograr nada y Derian pudo ver tanto sus pronunciados colmillos como sus rojizos ojos, que le recordaban a los suyos propios.

- No me habían dicho que la próxima iniciada era una vampiresa. Y tampoco me esperaba que estuvieras tan bien preparada, a pesar de que dicen que tu asesinato fue toda una obra de arte.

- ¿Quién eres?

- Alguien que viene a ofrecerte un digno trabajo –dijo Derian mientras soltaba a la vampiresa-, cosa que nadie va a ofrecerte en esta ciudad tras tu crimen. Soy uno de los líderes de la Hermandad Oscura, Derian.

- ¿La Hermandad Oscura? –dijo ella un poco confusa. Derian vio como sus ojos cambiaban de color y se volvían una mezcla de verde… o azul… no sabía bien distinguir el color- Siempre pensé que no era más que un mito.

- El caso es que tu acción ha despertado nuestro interés. ¿Te gustaría seguir matando? Lógicamente tendrías un sueldo.

La vampiresa paró un segundo para pensarlo pero, al igual que Derian, no desvió la mirada. Se había dado cuenta de que había provocado en Derian un interés algo más allá del que marcaba su currículo. Dejó escapar una pícara sonrisa que mostró de nuevo sus colmillos y dijo:

- Me llamo Phrinne, cuenta conmigo.



The Blind

6 comentarios:

  1. Primo, esto mola mucho. Veo que ya has encontrado inspiración. Yaw!

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  2. Gracias primo, acabo de corregir algunos errores. Es que lo escribí a la noche ya tarde y ya lo colgué.
    A ver si la gente se va animando a escribir algo. Yo por el momento aqui ando con esta historia que no se cuanto podría alargarse perot engo planes...
    Las profecías de inicio serán importantes pero creo que pondré sólo una más.

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  3. "Ya me estaba emocionando pensando que ahora mismo tendría que ir hasta los aposentos del rey y hacer un dibujo con las tripas de su mujer."
    muy grafico xD
    me ha gustado!sera interesante ver como continua la cosa!
    un beso!

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  4. Me gusta... espero la continuación con ansias.

    Saludos.

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  5. mola!!
    desde luego a menudas horas te pones a eskribir, pero vaya, da muy buenos resultados! :)
    gaboon!
    P.D: imagen guay, ojos molan
    :D

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  6. kiero mmmaaaaaaasss,cuando mas???:D
    muaaakkkkk

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