domingo, 14 de diciembre de 2008

Tziissah, servidora de Tzeentch:


(La imagen (dibujo) es original, pero ha sido modificada "genéticamente" con el ordenador para que pareciese que de verdad estaba envuelta en los vientos de la magia del Caos. Es decir, que se ha distorsionado la línea con el fin de que aparezca rodeada de un calor latente y el fondo ha sido realizado con varios tonos rosados y violetas para repesentar la naturaleza de la magia)

El gélido viento de Shyish formó ligeras nubes violetas cargadas de la mortífera energía del Caos entre los dedos de la bella señora de la Disformidad. Las finas hebras de magia se entrelazaron hasta formar una nebulosa rosada e iridiscente del tamaño del cráneo de un hombre adulto. El cielo se abrió y las nubes descargaron un cegador rayo de luz que pronto absorbió la punta del báculo de la hechicera, alzado en alto.

Opuesta a la mortífera doncella de Tzeencth, separados por todo un campo de batalla sembrado de cadáveres deformes y putrefactos de los que Nurgle hacía su festín, un sacerdote guerrero se alzaba imponente sobre un pequeño montículo de cuerpos desvalijados hacía tiempo por los saqueadores imperiales. Alzaba dos dedos en una muda súplica a su dios Sigmar, tratando de atraer a la tierra de los mortales algún perdido fragmento del Gran Cometa, el de Dos Colas, mientras su potente voz lograba alzarse por encima del chisporroteo de la magia.

La hechicera hundió el báculo con fuerza en la tierra henchida de sangre, mientras el suelo se abría bramante entre sus piernas, dejando entrever la profundidad de los Abismos y los mismos fuegos rugientes del subsuelo, de los cuales ascendían múltiples e indescriptibles vahídos que traían a la tierra el olor de la muerte y la putrefacción. Un fluido espeso que al sigmarita, desde la distancia, le pareció sangre, brotó de la herida abierta en el suelo.

La figura de la mujer se deshizo en la luz del Fuego Violeta y rapareció a pocos pasos del sacerdote, que había logrado esquivar la boca hambrienta que en aquel momento era el suelo.

La hechicera de la Disformidad se retiró el flamante casco que cubría su rostro, y el cabello alborotado por el viento, de un intenso color azulado, le cayó sobre los hombros como una electrificada cascada de energía disforme.

-Temedme, mortales, pues antes vos se halla Tziissah, la hija predilecta de Tzeentch, la Señora de la Disformidad y quien conforma los vientos del Caos. Vuestros reinos no se interpondrán en el camino de Archaon, el Heredero del Caos Absoluto. Vuestras armas no detendrán nuestro avance y vuestras plegarias no doblegarán nuestra voluntad. Vuestros hijos vivirán con miedo, y vuestras hijas serán entregadas a Slaanesh, el Señor del Placer. ¡Sigmar hincará la rodilla ante Khorne! ¡Habrá sangre para el dios de la sangre!

Un aura dorada rodeó al sigmarita, mientras sostenía entre sus manos el Libro de Plegarias y su voz se alzaba una vez más por encima del rugiene fuego rojizo que rodeaba a la mujer.

Un estallido de luz sobresaltó a la esclava de Tzeentch, que volvió la cabeza.

Un instante le bastó para alzar de nuevo la vara y plantarle cara al sacerdote. El martillo refulgió, un destello violeta quebró la repentina oscuridad. El cielo se tragó la Luna.

La hechicera sonrió de placer al ver que el alma del sacerdote era arrancada con brutalidad del cuerpo de éste, pasando así a formar parte de su colección.

El portal de la Disformidad vomitó llamas verdiazuladas, el Dios Cuervo rugió desde más allá del tiempo y el espacio y sus alas se abrieron y un graznido estridente llegó a oídos de todos sus acólitos.

Después, cayó el fragmento del Cometa Sagrado.



Lady Nerón

4 comentarios:

  1. Mola, aunque la imagen tiene demasiado... rosa.
    Otra cosa, voy a cambiarte una cosa: te pongo Lady Nerón al final del relato.

    ResponderEliminar
  2. Jajaja, con que demasiado rosa... ¿eh?
    Bueno, eso tiene fácil arreglo, ¿no crees? Sin ojos no veremos nada.

    Mmm, es broma.

    ResponderEliminar
  3. Habrá sangre para el dios de la sangre!! Así me gusta.
    He leído el de Derian también. Comenzamos con buen pie.
    Yaw!

    ResponderEliminar
  4. Muy buenas!
    Lady Neron, mil gracias por pasarte por nuestro Blog, espero verte mucho por allí
    (K)

    ResponderEliminar